miércoles, 9 de noviembre de 2011

Archivando 1

Antes de que mi perezosa memoria se desprenda sin consultarme    antes de alguno de los conceptos que he logrado comprender de una manera práctica ultimamente, los dejaré aquí plasmados para poder repasarlos cada vez que me enfrente a algún árbol.
Se que leerlos no es suficiente si no va acompañado de la práctica, pero entiendo que esto es necesario aun así. Lo digo porque a pesar de haberlos leido, estos conceptos, en decenas de revistas y libros, y de haberlos visto ejemplificados en fotografías, hasta que no los he llevado yo mismo a la práctica con uno de mis árboles no he logrado comprenderlos del todo bien.
Bueno, pues de momento, lo que tengo claro es lo siguiente:
1. Un bonsai ha de tener una rama principal. Vale, pero ¿en que consiste exactamente aquí el término principal? Hasta ahora la definición que más me ha gustado es la que le vengo oyendo a Juan Escohotado en sus clases: la rama principal es la que diseña el árbol. Es la rama que le da carácter, que indica el camino a seguir.
2. Un bonsai ha de tener una rama secundaria. Este último término, así dicho, podría llevar a malentendidos, según creo yo. De hecho seguiré utilizando las palabras de Juan y no la llamaré secundaria, que me lio, sino que la llamaré rama de equilibrio. ¿Porqué? Pues porque es exactamente lo que hace, equilibrar el arbol con respecto a la rama principal: lo estabiliza.
3. Un bonsai debe tener ramas traseras. Esto si que es facil de entender. Son ramas bastante importantes, ya que dotan al árbol de profundidad. Sin ellas el bonsai sería plano. Yo, sin embargo, en los últimos diseños a los que me he enfrentado, he cometido el mismo error: me he centrado tanto en el frente del árbol, que he olvidado que siempre ha de haber rama trasera.
4. Un bonsai ha de tener un ápice. Si continuamos esta estructura de ramas (añadiendo alguna frontal), teniendo en cuenta que la distancia entre las ramas disminuye a medida que ganamos altura, hemos de rematar el árbol con un ápice, no dos ni tres.
5. El verde del bonsai no debería ser un unico y triangular volumen, sino una sucesión de volúmenes, algo que obviamente es más dificil de conseguir. De esto también me suelo olvidar, supongo que por la dificultad que entraña, sobre todo en bonsais tamaño sohin, donde a duras penas te caben los dedos.

Lo que originalmente era una misma sabina,
dio lugar a dos ejemplares, uno de los cuales es
el que veis en las siguientes fotos
Ilustro la entrada con el antes y el después de una sabina rastrera que ya conoceis. El resultado final es mi intento de imitar el dibujo que Juan realizó después de que le enseñara lo que yo había hecho en mi casa. Cometí errores en cada uno de los puntos que he plasmado anteriormente. Por no hablar de cuestiones más técnicas como el alambrado...



Junio de 2011.
Ya separada y trasplantada en
primavera de 2010
Agosto 2011
Noviembre de 2011


En resumen, últimamente he aprendido bastante, sin embargo me siento muy pequeñito.